Curso acelerado de antiperiodismo y basura televisiva: La cobertura del caso de Marta del Castillo

Cuenta la leyenda que hubo un día en el que decías "soy periodista" y la gente te miraba, al menos, con respeto

Cuenta la leyenda que hubo un día en el que decías "soy periodista" y la gente te miraba, al menos, con respeto

El caso del asesinato de Marta del Castillo ha dejado a las claras la mala situación en la que se encuentra el mundo del periodismo. Parece como si a los reporteros se les hubiera quedado el chip en la puerta de la casa de la Pantoja y fueran incapaces de preguntar algo que no fuera una gilipollez suprema. Esto sin contar con las concesiones absurdas al morbo y la intromisión sin escrúpulos en el duelo de una familia destrozada.

En estos días se han oído estupideces del tipo “hagamos un llamamiento para coordinar a los motoristas náuticos de Cádiz y Málaga para que peinen el Guadalquivir” (total, para qué le vamos a preguntar qué opinan los de la UME de la Guardia Civil, los buzos…) o hacer conjeturas a lo Mulder y Scully (no podríamos decir Grissom, porque esto está más cerca de lo paranormal que de lo policial) sobre lo que ocurrió la fatídica noche del 24 en casa de los presuntos asesinos. Si pasas por la calle Argantonio o León XIII y ves una alcachofa, aprovecha para decir lo que te parezca porque, encima, la reportera (o reportero) te dirá que “todo es fruto del dolor”. “Pues la verdad es que mi perro lleva diez minutos perdido…”, espetó. Y ella, Betacam en frente, respondió, “Sí, todos te comprendemos, su asesinato nos ha conmocionado”.

Porque ésa es otra: antes los periodistas éramos los guardianes en el mundo de la comunicación de la presunción de inocencia. Ahora, como hemos encontrado el “Asesino confeso“, tiramos p’alante. “Es que queda mucho mejor que ‘presunto asesino’”, se oye con frecuencia. Además, tiene el “asesino” por delante y “como ha confesado…”. Total, que los presuntos criminales no hubieran hablado todavía delante de un juez ya no importa (nota: desconozco si desde el punto estrictamente legal esto es o no delito. Unos abogados me dicen que si no ha estado ante el juez es siempre presunto y otros lo contrario…) ¡Eso era en el periodismo medieval! Aquí nada importa porque hay que seguir subiendo la cuerda floja para dar espectáculo en esta mierda de circo que han montado unos cuantos. Sin red, por supuesto, y menos para los reporteros malpagados a los que han tirado con la alcachofa para que la muchedumbre tenga vocero. Lo peor, para los vigilantes de los medios: con tanto blog, red social, periódico digital, TV online, TDT, satélite y demás…¿cómo controlan todas las violaciones de los derechos del menor que se están produciendo estos días? (sin contar con la ausencia de la citada “presunción”).

Mención especial a lo de Ana Rosa (digo “lo” porque creo que definirlo como “programa” es demasiado), el presentador de Rojo y Negro & company ya es brutal. Han asimilado a la pobre ex novia del tal Miguel a una víctima de la prensa roja y ahí la tienen, rotando de plató en plató sin importarle un pimiento el daño emocional que eso le pueda producir. Tampoco parece importarle mucho la imagen que quede de ella en el barrio. Ahora el defensor del Pueblo, José Chamizo, ha asegurado que le pueden quitar la custodia de la hija a esa madre… ¿Se preocupó alguien en Telecinco de insinuar esa posibilidad a esa señora?

Y, claro, la cacareada excusa de “la audiencia lo pide”. Yo añadiría aquello de “…como el drogata pide heroína“. La audiencia hace 10 o 15 años no esperaba esto y no pasaba nada. Nadie moría de “desinformación”. De hecho, cuando ocurrió el espectáculo de Nieves Herrero en Alcasser (finales de enero de 1993), se abrió un debate sobre la conveniencia o no de haber creado aquel espectáculo con los padres de las víctimas. Pero casi todo el mundo en su interior albergó la duda sobre si aquello, cuando menos, no era un poco grotesco.

Ahora nos gustan los duelos Live 24h, tipo “Developing News” en la CNN. Pero esto no es la guerra de Irak señores, ni hay más armas de destrucción masiva que las que suponen la desinformación y el morbo. Hoy millones de espectadores se sienten con derecho a seguir el caso de Marta a lo “Gran Hermano“. “Lástima que no tengamos cámaras en el interrogatorio” deberá pensar más de uno.

He hablado con algún compañero que, abochornado por trabajar en días como éste en alguna productora de la contrata de la subcontrata de alguna emisora, ha admitido que “el trabajo es así” y, total, tiene una hipoteca. Pero, entendiendo las directrices circenses procedentes de la capital televisiva, me pregunto:

¿Era necesario dejar el micrófono delante al adolescente que ha dicho aquello de “Er migue no tiene ni media hostia”?

¿Es necesario seguir llamando ‘ex novio’ al tal Miguel a pesar de que su familia, destrozada, ha pedido que no se haga?

¿Tienen que seguir sacando a menores a todas horas?

¿Por qué no miran la vena del cuello de la persona a la que van a ‘enmicrofonar’ y si la ven muy hinchada se lo piensan dos veces?

¿Es tan difícil utilizar la opción de “mosaico” de Photoshop, presente en los filtros del programita desde hace más de 15 años para difuminar caras de menores…?

¿Si no habías entrado en Tuenti en tu puta vida porque hablas de la red social como un monstruo porque, entre millones y millones de frases, has encontrado tres (vale, cuatro) del tal Samu al Migue?

¿Automáticamente Tuenti, Facebook, Twitter y el resto son armas para matar?

En resumen, compañeros, más formación, más profesionalidad, menos morbo, más ética (repito, ética), más Google con fuentes fiables y, por supuesto, tolerancia cero con las corrientes periodísticas tomateras cuyos frutos, por desgracia, estaremos recogiendo unos años.

Actualización (18/02/2009): Hoy, el simpar Nico Rey de El Mundo hace un perfil de mi amigo en su artículo: El ‘telecarroñero’ de Nacho Abad (y por cierto, también recuerda, el caso de las niñas de Alcasser…yo lo escribí primero, aunque no era difícil…)

Actualización 2 (18/02/2009): Efectivamente, la mierda no ha tocado techo. Es posible ir más allá.

2 comments to Curso acelerado de antiperiodismo y basura televisiva: La cobertura del caso de Marta del Castillo

  • Lo de Telecinco es de vergüenza. Entre Ana Rosa (mira que me da morbo) y el maldito programa de Está pasando (mira que la presentadora también me gusta) vaya tela el papelito de la cadena. ¿Por qué mandan a un reportero que no tiene ni puñetera idea cubrir el caso? Por supuesto ese reportero tienes las características típicas de Tele 5… Y lo peor, la que encima va de enterada del tema en plató, ¿qué? Por favor, si quieren ganar audiencia, perfecto, pero que no hagan el ridículo, que el otro día escuché que el cuerpo estaba en “la charca de la pava”.

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