Entre la inauguración de KOOL -discoteca bastante divertida y con un ambiente «sanote» según me cuenta mi amigo Fede…- y el paseo por un par de garitos donde me tiraron amistosamente de las orejas por decir que la noche sevillana está fatal (lo siento, pero lo sostengo, ¿eh?), me he llevado un montón de tiempo sin salir por los pueblos, con lo que a mí me gusta un bar de esos en los que estás rodeado de amigos. Así que me fui a Bramante (Dos Hermanas), donde el Negro me citó para contarme su viaje de bodas por Nueva York y Orlando.
Me enseñó mogollón de fotos, incluidas algunas «traspapeladas» de una boda de un primo de mi ex novia…¿casualidad? Ejem, sigo. El caso es que se han traído de allí un album lleno de topicazos la mar de chulos: un graffitti del Bronx dedicado a un pandillero muerto que si lo tocas te fríen a balas, el pianito de la juguetería que sale en la película de Tom Hanks «Big, big, big» y fotos de coches de polis como los de las series yankis. Fiel a su tradición, lo primero que me dijo fue: «Killo, vaya putada. Sólo me tomé 6 cervezas en toda la semana porque te sangraban 5 dólares por cada una…». Creo que no tomó cubatas en ocho días, algo que podría haber desajustado gravemente su organismo porque creo que eso no ha ocurrido en los últimos 12 años de su historia. Después me contó que tuvo un altercado con el Capitán Garfio en Disney porque le quitó el anillo de boda a su mujer… «¡Negro coño que estaba jugando contigo!», le solté. «Sí claro, pero por si acaso, le puse las cosas claras a aquel payaso de peluche», respondió. En cualquier caso venían flipados con los parques Disney. Por lo visto deben ser geniales porque mi hermana también quedó en estado de shock (positivo) tras visitarlos. En otro orden de cosas, mi camarera favorita (Carmen) dice que en su piso quieren conocerme. Es halagador, pero recuerdo el día en que conocí a un famoso locutor de radio y me arrepentí. La belleza de su voz era inversamente proporcional a su físico.
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