Botellón de puretas

Nadie quería seguirme la corriente, pero al final conseguí que el Cabrilla, el Negro y Cyrano se vinieran conmigo el sábado por la noche a hacer eso que critican tanto los políticos, vecinos, dueños de bares, etcétera. Vamos, los quejicas del botellón. Saqué nuestro «guante amuleto», un cacho de lana que nos pasábamos hace algunos años, [...]