“Te ponía fina”

Nico, Pablín, Botugol y el “Puchy”. Jueves por la noche. La cosa empezó en botellón y acabó en degeneración, tal y como era previsible cuando la fiesta empieza con 3 botellas de Ballantines para 4 personas. A Pablín se le vio desentrenado. Un par de copas y ya estaba haciendo las típicas gracias y chistes fáciles de botellón. Al menos hay que reconocerle un sentido del humor resultón. Botugol se portó como un caballero y se limitó, al igual que el Conde, a mearse de la risa con las idas de cabeza del simpar Nico. Llegó una chica estadounidense, con un nombre del que no me acuerdo, a la que llamaremos Pamela en adelante, diciendo que tenía un novio venezolano la mar de mono, mientras que sus amigas le reían las gracias y nos decía que le habláramos en español, “pogque yo os enchiendo”. Una vez Nico la hubo examinado de arriba a abajo soltó un escueto “te ponía fina”. Pamela sonrió y miró a las amigas intentando descubrir de qué iba eso que mi amigo le había soltado. “¿Tu no decías que sabías castellano? Pues te lo vuelvo a repetir: Yo a ti te ponía fina”. La rotundidad de su frase, la acumulación de Ballantines y la complicidad del colegueo me hizo tirarme al suelo de la risa, lo que provocó que su amiga Fernanda me llamara cosas raras… Cuando nos aburrimos de reirnos nos fuimos a Boss, donde uno de los miembros de Inhumanos estaba aprendiendo a volar o algo así. Total, que se tiró al público y éste lo recibió para, acto seguido, mantearlo y dejarlo en el aire para ver si era cierto que el alcohol le había dado alas. Como os podéis imaginar, el joven pegó un guarrazo contra el suelo de mil pares y se quedó allí parado sin moverse. Sobrevivió. Pablín y Nico se la jugaron en plan buitre tirándole los tejos a todo lo que midiera más de 50 centímetros. Como a Botugol y a mi nos van cosas más tranquilas, nos marchamos a eso de las cinco. Por lo que sé, no pusieron “fina” a ninguna, aunque prometen repetir…