Mi ciberlectora …

Elena es una de las lectoras que chatea conmigo de vez en cuando por messenger. Si la veis, lo último que pensaríais es que es soltera. Pues sí. Por lo visto tenía un ex muy chungo. Claro, yo si fuera mujer me daría cuenta de esas cosas. Viendo la foto del ex-maromo (también me la mandó) era para esperar que fuera un tipo poco legal: fuertote, guapito, depilado, con sonrisita profiden, viviendo de la noche en las discotecas… Blanco y en botella: un infiel en potencia.
A mí que me dejen de tonterías, cuando uno quiere “ganarse la vida” a secas busca curro en el videoclub, la pizzería de la esquina, el chiringuito del tío Paco o dando clases particulares a niños feos. Pero de día, porque mi amigo el Picota era pizzero y no veas tú. Como era bien parecido el chaval, había una chica en un piso de estudiantes de Reina Mercedes que se abonó a hacer pedidos todas las noches y a decirle en la puerta aquello de: “Espero que venga caliente…”. Claro, con el retraso extra nunca ganaba el plus ése que te dan cuando pasas de 20 pizzas diarias.
Es decir, que cuando una o uno se busca el curro en el guardarropas de una discoteca, de camarero o de recoge-vasos, busca lo que busca.
Y no es ser malpensado. Bueno sí, lo es, ¿qué pasa? Pero es que la noche me ha enseñado que Pinocho no existe y que tu amigo el portero mazo de cuadrado que te lleva a casa cuando cierra la disco tiene la mirada sucia como diría el Fiti de Los Serrano y busca echar una paraíta en algún punto oscuro del camino.
Bueno, a ver si mi amiga tiene suerte porque si no, el Conde, que es un tío buena gente y generoso, tendrá que hacer los trámites necesarios para que abandone su soltería…Si es que no me merezco.
Mención especial a mi hermana, que ha debido estar en Alaska los últimos veranos porque el otro día llega y me dice: “¿Sabes que han puesto este año una pecera gigante en la terraza de Antique?”. Si hasta he buceado en ella hermana…

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